Llévame lejos,
confunde mis sentidos
y sé mi guía.
Eran palabras,
un tanto suplicantes.
Tenía sed.
Sed de la vida,
en plena primavera,
con su estallido.
Y me llevó
contigo, la paloma,
como una flor.
Entre sus alas,
cubierto de la brisa,
yo dormitaba.
Abajo el mundo
vivía la jornada
del nuevo día.
Y me posó,
despacio en tu ventana,
nuestra paloma.
Estaba abierta
y descansando tú
en dulce lecho.
Fui a tu lado
con miedo a despertarte
y te besé.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/20