Amanece un nuevo día,
como roca, bajo el tiempo,
En el alma hay un torrente,
cancela abierta por los sueños.
De nuevo una sonrisa fingida,
mirada triste que aclama.
mientras intermitente laten,
las horas de espera penadas.
De nuevo a partir esperanzas,
con caminos, siempre vencidos,
donde la lucha constante alienta,
al miedo más frío y más sentido.
El amanecer se teñirá algún día,
de una libre aurora pulida,
Un crepúsculo de serena penumbra,
sujetando los márgenes de la brisa.
Donde el futuro quedó dormido,
agigantando incertidumbres,
con la llave sagrada del tiempo,
o el aguijón de las infámias temibles.
Amanece con dulces ecos,
el mal, irá cediendo con calma,
pudriéndose al roce de los cuerpos,
hasta respirar, sin llorar añoranzas.
Ana Barroso Molina