En tus labios rojos incendiarios, mis sueños
Aprendieron a volar,
Y sus alas alzaron al viento,
A que los llevara por éste mundo incierto.
Entre primavera y primavera
Solo hojas verdes
Y flores de lozanos pétalos, ellos,
En llovizna diurna solían acercarse a acariciar.
Y volaron cuan alto y lejos los llevara el viento,
Todo aquello que pudieron,
Vieron y tocaron,
Mas nada extranjero para sí guardaron.
Verdes océanos cruzaron divisando en su larga
Travesía, a sirenas y tritones,
Quienes en alegre vergel de risas y canciones,
Disfrutaban de su ignota vida.
Ascendieron a los azules cielos, más allá de las
Más altas montañas de la tierra
Y, oh… sorpresa…!!! Pudieron mis sueños ver
Y oír cantar a Dios…!!!
Ardorosas melodías se esparcían por el cielo, en
Cadenciosas notas envolvían el espacio
Su voz como una espada,
Cortaba las maldades de los corazones.
El Dios de los cantares celestiales
Ensayaba una obra con seres de luz espiritual,
Fue hermoso escuchar a éste gran señor
Del cielo: Dimash Kudaibergen.
Delalma
28/08/2020