Por qué ya nadie mira el cielo.
La luna que se luce con esmero
Se viste de perla, de canica.
¡Y todos clavados en la tierra!
Van caravanas de agachados peleándose las huellas
Y el cielo hoy mira… y la luna suspira…
Y la Luna suspira.
Y todos clavados en la tierra!
Cuánta invisibilidad trae este tiempo.
Cortinas que se tejen en los ojos
Y el cielo sigue solitario construyendo su elegía
Y todos siguen a diario, viviendo el calendario.
Van las tristezas sin ventanas, moviéndose en la calle
Pero la ciudad es ancha como el corazón de un niño
Y a media calle nunca hay Luna, ni Cielo, sólo polvo
rescoldos de las huellas, de alguien que no miraba el cielo.
Y aún todos, clavados en la tierra!