Lucy Quaglia

Oda a tío MIguel

Lloré, lloré mucho

Lloré por vos, por él,

Por mí.

Lloré sin forzarme,

Lloré sin quererlo

Con ojos de sorpresa

De llanto y desconsuelo.

 

Lloré por fuera

Y lloré por dentro

Se los dije a los dos

(Abrí tu carta

Mientras nos sentábamos

A la mesa de la cena)

Y dije entre mis lágrimas

Que lloré la muerte

De un buen marido.

El que se conocía bien

A sí mismo,

Su fuerza, sus flaquezas,

Su sentido del deber,

Del cariño y del placer

Por las bochas, el dibujo,

La pintura, el club

Y su esposa tan querida.

 

Lloré no tanto por él,

Sino por mí,

Por no haberlo presentido.

 

Llorá,

Llorá mucho,

Dejá que el agua salada

Te dé fuerzas

Y pensá en tus hijos,

Tus nietos,

Tu casa.

Consólate por dentro

Aunque no lo muestres

Por fuera.

 

Llorá y llorá

Todo lo que quieras,

A solas,

Con los otros,

No tengas vergüenza.

 

Y si algún día

Te sentís

Muy pero muy sola

Pensá en alguno

Que necesite tu mano:

Un hospital,

Una escuela,

Una iglesia.

Sentíte parte del mundo

Sin depender

De tu familia

Y buscá tu camino

Con la misma entereza

Con que encontraste

Tu vida

Hace tantos años atrás,

Con mucha esperanza

Y con inteligencia.