De las aguas del cielo
llegaron mensajes
suaves de terciopelo
que hidratan mis mares
desde los fuegos terrestres
y esos ígneos celestiales.
En cada cavidad un recuerdo
fluyendo en la vida
latiendo en la tarde
cristales que graban
instintos pasionales
con letras chiquitas
que carecen de males.
Son nudos con hilo rojo
se sueltan, se enredan
no se ven, de ninguna manera
y atan en el éter sobremanera.