cONTINUACIÓN
PETALO 2 (
.se abre el capullo )
Todo era vuelo y arco iris
la sabana exhibía sus colores de primavera
y por ende ofrecía sus interminables
hilos eróticos y sus aceites virginales
que urdían la temporada apasionada de la época.
cuando empezó a mojarla el rocío de la sangre de los hombres
que buscaban ablandar sus eras para el surco
y junto al clamor de vida que hace
de los intentos germinales
la razón de la existencia y la continuidad,
como una Aurora que desciende
hasta las tinieblas en cansado ocaso
después de ingeniar a la fabrica del mundo,
atizó la brasa virgen
que empuja las soledades
y apura las calenturas
Así se encumbró su adusto porvenir.
Y te paraste erguida con tu pecho de paloma
exhibiendo tu alborecente par de botones primaverales
colinas cada vez mas duras y mas cárdenas
cada vez mas bocado provocativo, menos tímidas y mas bulbos
Y vi cuando te inaugurabas en tus sangres
y el aroma de tus oquedades se volvía almendrado
y el claro de tus ojos se tornaba subyugante.
sentí cuando comenzaron tus feromonas a pulular
para invitarte a la siembra del mundo
era este el momento cuando tu sueño
ya rondaba mi cintura y se unía a mis riberas
y en extraña ingeniería diseñaba
el abrazo que siempre te buscaría
por todas las regiones invisibles,
el que comenzaría a trazar el dibujo de un beso
que enseñaría a tu boca
a pronunciar mi nombre.
El despejo natural de su terso cutis
que como una avalancha de nieve
colgaba entre mis ojos y su carne;
la hermosura de su esencia;
sus deleites mas delicados,
los mas sutiles y etéreos,
fueron percibidos mas por su espíritu
que por su condición material
y eso producía dentro de mí un amor de odio,
una inspiración al rechazo de lo que
no estuviera a la altura de su diáfana subordinación
convirtiéndome en celoso guardián de su entorno
vaticinando cualquier instinto cercano
como bajeza aunque representase encomio,
miseria; aunque decorase el mas púdico bien,
y destemplado infortunio; aunque su nombre dijera felicidad
PETALO 3 (
la rosa se entrega)
Pero la representación idílica cargada de aromas campesinos,
el silbo apacible del aire fresco,
y del reposado silencio de la noche;
el canto verde de las hojas
representado en cada soplo de brisa
ya había cargado en su agravio
la primera extraña recompensa:
Por haber rechazado de su primer ropaje
las espinas de la túnica que le otorgaron
el arcano y las vegetaciones aquél día feliz de Octubre;
y por cuanto dijo que le parecían punzantes y dolorosas
esas espinas y se alejarían sus amantes:
cuando los hombres malos vinieron
tras su suavidad y aromas dulces
y bañaron de saliva agria
sus suaves ramas,
no hubo espinas para defenderla
y mientras hincaban sus uñas negras hacia arriba y hacia abajo
llenándola de sueño y greda,
no la protegió la lluvia
así cuando vinieron los adioses y las despedidas,
las pupilas aguadas y el aire blanco
de los pañuelos agitados
solo sirvieron para conformar su soledad obligad.
Sus pétalos se llenaron
de sangre represada
por los besos bruscos.
Sus labios se tiñeron
de hiel amarga en los umbrales
de la medianoche
por las libaciones ocultas
de elixires que no pasaron de mosto a vino.
Pero me alegré de que eso no impidiera que siguieras tu camino
siempre de cara al sol como una SIEMPREVIVA
como los ondulantes GIRASOLES
que miran de frente y hacia arriba
como implorando conocer los talamos
donde descansa en su cuna el sol
Y me alegré que siguieras volando humilde
con tu pecho rosado
de alondra herida y además porque tampoco
le diste entrada al luto
a ninguno de tus pétalos que seguían brillantes
Una tarde fresca entre las ráfagas de aire puro
de la montaña
en medio del verdor exuberante, te vi,
primorosa y disponible aún.
Eras todavía el milagro de belleza
que premiaron los dioses vegetales
aquella mañana recién besada por la lluvia.
Una escarpada verde te rodeaba
era como una inmensa alfombra muelle y aterciopelada
que con la presencia de TRINITARIAS LILAS a lo lejos
le daban al tapiz del paisaje una sensación
de topografía inquieta y colorida.
Una lengua de tierra poblada de HORTENSIAS y
CAMELIAS y una calzada de hibridas BEGONIAS
junto al aire fresco de la cima
le dieron al ambiente aquella tarde
un deliquio bucólico que destacaría aún mas
el impacto de conocerte
Mi nombre es ROSA__ dijiste anodina y parca
y de inmediato se prendó de mi interés
con fuerza y fuego, el mas encumbrado
de los afanes por llevarte a la gloria excelsa
__Es un nombre común__te dije; pero,
es el nombre de los nombres
¿Qué poema no contiene tu nombre?
ni cae un solo verso al fondo del alma
que no sea escoltado por la suave aspereza
de tus pétalos cruzados.
Las filigranas tienen su esencia
en colecciones interminables de Rosas puestas
y superpuestas
símbolo de la perfección creativa de la mano humana.
¿Qué ovulo no tiene su primigenia figura
en una Rosa abierta y redonda?
Acaso la creación no existía en la mente del arcano
en forma de una Rosa inmensa
que Él deshojó pétalo por pétalo?
¿No es acaso esta figura inicial
la que cuando los átomos se desintegren
por la consabida explosión
se levantará como una inmensa Rosa
del suelo al cielo?
¿O no es acaso una Rosa en forma de corona
la que se deriva de la caída de una gota cualquiera
sobre un elemento líquido?
¿No comienza el impacto externo
de un agente extraño al cuerpo humano
como una Rosa colorida sobre el músculo frágil?
No es una Rosa jadeante la que nos asoma una herida?
¿No se entra al interior del túnel de cada mujer
pasando por una entrada en forma de Rosa
púrpura fragante y abierta?
¿No se observan las células indivisibles
como millones de Rosas con movimiento
multiforme y coordinado?
¿A qué nos referimos cuando
advertimos que alguien esta rozagante?
Y que decir del señorial
crepúsculo de Septiembre
que arropa al cielo con su manto colorado
por el incendio de las horas extenuadas del día
que se convierten en estuario del horizonte infinito
por la unión de los pétalos de fuego
de una inmensa Rosa que arde en llamas.
Sería por esto que el gran Borges
se inspiró para decir
De las generaciones de las Rosas
que en el fondo del tiempo se han perdido?
Y fue entonces cuando los candores vegetales,
el elemento telúrico y las inmarcesibles
manifestaciones verdosas de la naturaleza
me encaminaron de manera celestina
a buscar los favores de tu savia restauradora
y para en menos tiempo del que pensé
me sorprendías de manera afectuosamente
inmejorable; obsequiándome
en significativo lenguaje floral
el siguiente recado:
Eres brisa mañanera
que refresca mi alma.
Río de aguas cristalinas
que purifica mi ser,
que calma mis angustias
en un nuevo amanecer.
Encanto de mil aromas
que me invita a renacer,
despertando en mi pasiones
del arte del mil saber,
en vientos de esperanza
que me lleva a florecer,
y entregar a ti a esa ROSA
que tan celosamente guarde. (6)
Fragancia exquisita y emoliente
de pasiones que despertaban del letargo
a mi vida sentimental que permanecía en asueto,
y de inmediato mis manos empezaron
a formar avenidas y a concentrarse
en tu remirada anatomía
tus aromas florales y tus brillantes oleos
fueron para mi el bálsamo
que ablandaba la sequedad de mi territorio
excluido; árido y rugoso por el cansancio
de insistir querer agarrar por el talle a la vida
y continuar bailando
el tango que moría en la noche
de los amores brujos.
Y comencé a rediseñar tus pétalos primorosos
y con mis efluvios apasionados
abrillanté tus ramas y tronco
y de regreso de tus delicadas
raicillas, coloqué a tu lado
un esqueje (7) de mi corazón
que te acompañaría desde el alba
hasta el inminente ocaso;
el mismo te cubriría en tiempo de frío
y si la lluvia te anegaba, traería sobre ti mi alma
abierta como paraguas.
Tu cuerpo fue admirado por mis
centellantes ojos viudos
y exclamé como el poeta:
haciendo lengua los ojos
Solamente le ofrecía
A cada cabello un alma,
A cada paso una vida
(8)
Tu ombligo era una alberca
que recogía los llantos de tu piel
donde enjugaban los ángeles sus ojos
cuando celaban tu arrogante
Monte de Venus.
mazorca cobriza que apuntala al túnel
de tus aromas almendrados.
el que desemboca en tu ecuador,(autor del arco iris de tu frente)
el que mantiene las inmensas olas de tu mar de leva,
que alimenta tus cascadas subterráneas
y preserva la exudante lluvia perenne
que te proveen mis manos,
cada vez mas inquietas
cada vez mas cómplices de mi boca.
Y cuando me coronaste con tus favores
bajo una luna de sangre
que azulaba tus cabellos de grana,
mientras los extendías sobre mi pecho hirsuto,
se irradiaba el mas exuberante reino de fantasía,
envidia de cualquier mortal
..
Fue cuando me dispuse a dejarme morir
por ti, y a descoser el crepúsculo negro
que ya se enredaba en tus ojos grandes y aguados
continuará