Observo desde lejos tu alfa omega
envuelto en la aureola de un estigma
sin nada descubrirte de ese enigma
que toda mi pasión te da y entrega.
Callado, tu alfabeto, ríe y juega
enfrente de mi anhelo y paradigma
y alguna que otra épsilon o sigma
cosecho como granos de una siega.
Pronuncias el idioma de ignorarme
y esquivo, su lenguaje duradero,
en vano lo traduce mi templanza.
De intérprete procuro disfrazarme
y en medio de rechazos en que muero
persigo que algún sí me dé esperanza.