Después de todo un día hablando mucho, hay días que no hablo nada. A veces me desconozco y otras me enorgullezco. Hoy estoy flotando, ese es mi constante estado. Vuelvo a mi zona de confort, a mis brazos, a mis cariños. Aquí nada me lastima, nada miente, nada grita, nada me decepciona. Solo soy yo conmigo y nadie más. Quiero volar pero aún debo aprender a nadar.
Saludos desde el fondo.