Insomnia
Cuando el día amenazador sea el amo
y esclavos en hilera de minutos condenados
arrastrando sus cadenas crujan los segundos,
bajo el látigo de las horas sentenciando
espera, al ocaso, la muerte del tirano.
La noche suelta acecha devorando
los despojos de crepúsculos religiosos,
ruje el silencio entre sus fauces
sobre la falsa promesa de los astros.
Atraviesan en trance por su espíritu
dioses antiguos, fulgores, ídolos caídos;
alrededor del Tótem rezan los abismos:
está cerca, desespera, ya llega, ya llega.
Sinediè