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Ahora que golpea la añoranza
que loca tú que loco yo que solos
al final, hoy perdida la esperanza
solo queda el aliento en ambos polos
de un desgastado amor que nunca alcanza
a entender la razón de nuestros dolos.
Aúllo como un lobo y me lamento
pues vivir es morir en el intento .
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La tinta de mis lágrimas se llena
de un miserable, sórdido y mezquino
silencio; este, se aferra y me encadena
al fantasma que tengo por destino,
mientras... sigo abrazándome a una pena
con restos de perfume femenino.
Sumidos cada cual con su fracaso
ni a los rayos de sol hacemos caso.
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Fotograía y poema : Ramón Bonachí.