Es tiempo de caléndulas, de zinnias
de succionar colores con los ojos,
hechizados por el encantamiento,
de una recienvenida primavera.
Y uno quisiera asir , ponerle freno
a tanto ir venir de soles y de lunas
que aceleran el trámite , los ciclos
sin pedirnos permiso, hacen agenda.
No me quejo, seguro no sabría
como escribir la página siguiente
pero ojalá se quede suficiente
para encender fulgores en el alma.
Que sea penitencia a los sentidos
quedar ensimismados de belleza.
Que el cálido paisaje transmitido
gobierne la rudeza del invierno.
Andrea