Momentos imborrables cuando tu sensual cuerpo
fundido con el mío, se convirtió en la fuente
de ignorados placeres colmados de lujuria.
¡Fuimos hoguera ardiente saciada con locura!
Trémulos los instantes de este amor clandestino,
oculto entre los pliegues de las níveas noches,
que derrochó la esencia de prístinos amantes
como ejemplo fecundo de un sentimiento eterno.
Todos los laberintos de tu geografía,
fueron los territorios donde degusté el jugo
de sabor agridulce producido en tus fuentes.
Hoy, me queda una estela mágica de recuerdos
convertidos en sueños, pequeñas ilusiones
guardadas en la mente como arcanas quimeras.