Soy un río muy diferente y quieto
único, de agua cristalina y fresca
a mi corazón y alma siempre reto
a que mi alrededor siempre florezca,
a encontrar la luz llamada ternura
de una mirada limpia y sosegada
la que se lleva prendida en el aura
con nobleza finamente bordada;
con hilos dorados y de colores
haciendo sinfonía de luz blanca
y pétalos de coloridas flores
cantando las romanzas de alma franca.
Soy vehementes y jocosas risas
como aguacero del más crudo invierno
llevando en mi espíritu frescas brisas
al amor fiel, bondadoso y eterno.
También soy esa templada alborada
que junto al sol se levanta cantando
porque nací, crecí, a sus rayo atada
con un loco amor y mi alma florando.
Me alimentan los ángeles y estrellas
en la noche con plateada luna
haciéndome un coro celestial ellas
donde me topo la feliz fortuna;
del amor tierno, impoluto y sincero
el que con devoción un alma lleva
con el son de las rosas y un bolero
que a esos sensibles amantes eleva.
Soy ese suave sonido del viento
que al amor siempre se pega y renueva.
Yamila.