Y entonces me callo;
y mi poesía se vuelve blanca;
como la hoja que espera a su musa;
como el silencio y el olvido.
Atributo de los dioses;
unos olvidan para irse;
los nuevos olvidan para gobernar.
Y la palabra se pierde como palabra que queriendo ser se le ha olvidado que era hierba frágil que se arranca y se tuerce sobre aquello que no se logra decir,
como el movimiento de un pincel escapándose del lienzo,
como una ausencia que de noche ha perdido su color.
O el pergamino amarillo que olvidó su memoria.
Y entonces me callo
y a mi lado pasa un mundo que quiere un poco de azul.
Sabag, palabras escapándose