Suelas y tacones, se ignoran con descaro;
pantalones y vestidos, se rozan sin reparo.
Labios ocupados, en susurros apegados;
orejas secuestradas, en bitoques alambrados.
Las miradas son furtivas, sin peso ni dirección;
buscan atractivos, pero nada de comunicación.
Cristales de fugas contenidas, lazos que no son;
preguntas sin respuestas, por prisas del vagón.
¿Cuánto se rebaja la amistad, si no se halla?
¿Cuánto damos por una verdad, si están en batalla?
Voy a unir las vías, de vidas y trenes a ralla.
Voy a desunir cadenas, de miedo y de pantalla.