Alben

Villa Trina en siete estrofas

 

Había una vez una villa

Coronando las montañas

Con pintorescas cabañas

Y unas cuantas callecillas

 

De madera un templo había

Que el domingo en la mañana

A sus fieles con campana

Llamaba a la eucaristía

 

Un bello parque tenía

Con framboyán y caoba

Con sus bancos y farolas

Donde el pueblo compartía

 

Tenía un molino de viento

Y una tina justo al lado

Donde saltando empapados

De niños perdíamos el tiempo

 

Llegaba fresca la brisa

Del Atlántico lejano

Y del valle, más cercano

Impresionaba la vista

 

Eran su encanto mayor

El color de la amapola

Del cafetal el aroma

Y el canto del ruiseñor

 

En mapas y en oficinas

Le nombran José Contreras

Más para el de allí de veras

Siempre será Villa Trina