“El más difícil no es el primer beso sino el último”
Paul Géraldy
Qué bonito fue aquel beso
que surgió del nerviosismo,
tan etéreo,
tan efímero.
Y los miles que siguieron
excitando los sentidos,
compartiendo
los latidos.
Qué bonito el cosquilleo
que sentían, conmovidos,
nuestros cuerpos
al unísono.
El atisbo del deseo
de los labios primerizos,
inexpertos
al delirio.
Y que amargo el hasta luego,
el adiós a los cariños,
al afecto
consumido.
Qué difícil este beso
que inaugura nuestro olvido
al postrero
desafío.