Amanece y llueve
con lenta algarabía
sobre los techos de la noche
Fluye un agua secreta
y las voces
de mil sapos invisibles
gritan al otro lado
del sueño.
Una bruma espesa
me brota del pecho
en el vasto campo
del insomnio
y el llamado de un pájaro
trae lentamente la mañana
y con ella las palabras
que nombran a este
hombre que espera
boca arriba.