La fantasía me rodeó con sus alas
bajo su protección me encontraba,
por un instante la vida era bella
y todo a su tiempo caminaba.
La dulce quimera pronto terminó
y la ilusión acabo,
mi mundo se desmoronó
y culpe a la vida.
Cuando la conmoción pasó
me di cuenta
¡Qué ciega estaba!
A la realidad me negaba,
Y aunque disfruté mi alucinación
el mundo me esperaba.
Y aunque doliera,
y mi alma lastimara
El camino de la vida es uno
y de él nadie se escapa.