Detrás de un ventanal y su entramado
me miras sin saber lo que sincero
nerviosa en el biömbo acristalado
que guarda lo que tanto desespero.
Agito la mampara que has forjado
notando que te tiembla por entero
y escuchas mi pasión de enamorado
alzada con listones de un “te quiero”.
Exótica respondes en penumbra
y oculta en un trasluz de celosía
me niegas que rebase tu frontera.
Un halo, sin embargo, me deslumbra,
aquél que a mi esperanza da energía
y sueña con abrirme tu vidriera.