Miriam

A medias

Me oyen los que callan, los que danzan.
Me siente la luna cuando me siento con ella.


Recorro palabras, recuerdos, personas, calles, a ti, silencios,
recuerdos, a mi madre y a una planta.


Me acuerdo de ti cuando respiro y no, porque tú eras eso.
¿Por qué vivir a veces se siente como no querer sentir nada?


Dada la inmensidad de los tiempos y de los universos nuevos y cambiantes,
soy tu prolongación, soy tu propia carne hecha carne.


A veces siento sed de ti, de mí, de lo que me consume,
del sol en invierno, de querer quererte siempre.


Soy mitad libre de mis propias decisiones
y mitad presa de todo aquello que no decido.


Soy un objeto de la vida y producto de ti,
del suelo de donde soy, del suelo a donde pertenezco.


No tengo nada, no prometo nada,
Solo vengo, solo sé que debo irme,
Pero no he aprendido a irme.


Estoy acostumbrada a dolerme a mí,
A que me duelas tú,
A que me duelan la sangre y el aire.


Atada a lo que me imagino que es algo,
A lo que no podría ser nada,
A lo que no existe si no lo pienso.


                                                                                               -M.