Llovía fuerte en el cuerpo
titiritaba el frío,
las palabras retumbaban como relámpagos
haciendo añicos la inocencia.
Afiladas cuchillas que se clavan en el corazón
dejando marcas perpetuas
sangrando lágrimas el alma.
Sus ojos... profundos pozos
víctimas del dolor y de la desesperación
No... no hay perdón...
No hay compasión.
Sus brazos pierde batallas
y todavía no saben de guerras.
Llueve fuerte cada día
la vida sigue relajada en su rutina y apenas percibe
esas aguas de cristal penetrando en la piel,
esas voces que agonizan en silencio
mientras los instantes se hacen eternos...
Esa larga espera en soledad
ilusiones desecadas que hacen llagas
en la memoria de los días... de las noches...
No... no hay perdón...
No hay compasión...
Sus miedos les abraza
y aún no ataron los cordones a sus zapatos.
Helado hogar de los sueños
donde arde el fuego
quemando sentimientos
de tantos niños que no entienden
que no saben
que se preguntan
porque al otro lado de la puerta
la vida se siente distinta...
Caricias desbocadas en la oscuridad
miserable realidad
gritos enjaulados
presos de tanta maldad.
No... ho hay perdón
ni siquiera compasión...
Caritas envejecidas
que sonámbulas pasean
maquilladas entre mentiras y engaños
esclavizadas en las amarguras y sufridas vejaciones
y no saben del calor del sol.
Manitas temblorosas en los interminables pasillos
de una vida atrapada entre las costuras del horror.
Ellos no entienden
porque han de esconder cicatrices...
Ellos no entienden
porque solo morir
es ya su razón de vivir.
No...no hay perdón
ni siquiera compasión
para esas personas
que arrasan, que torturan,
que le cortan las alas al viento,
que viven, que respiran... y el mundo sigue girando...
Como si nada...
Todos los derechos reservados Mo Anam Cara