Tus manos tomaron las mías,
aquella tarde tu presencia enloqueció mi corazón,
mientras nuestras miradas jugueteaban
y mi sonrisa brillaba con solo mirarte.
Nuestras vidas se re encontraron;
las dudas desaparecieron,
tu llegada tranquilizo mi ser,
llenó de nuevo mis esperanzas y sueños;
y mi amor florecía nuevamente cual flores de campo.