Hoy, un día siempre de agosto
La luna se pasea desnuda por las calles
Cucarachas deambulan con las braguetas abiertas
Incontables ratas portan pistolas radioactivas
Que nadie grite cuando una piedra rompa los cristales
O el dolor se arrastre herido por las esquinas
Es la muerte en la mirada de las ventanas
En la rabia de un niño que asesina a sus dibujos
En el mordisco de una sombra que ataca a su propio dueño.
Me niego a responder el teléfono, tomar lexotanil,
Encender el televisor, pretender el sosiego.