Cada persona es un mundo, y,
todos somos mundos distintos.
Cuando dos mundos chocan
por casualidad, causalidad o quizá por destino
combinan su energía y esta
gran cantidad de la misma crea un universo.
Dos mundos acaban de encontrarse,
la fuerza de atracción llama a su inminente choque,
su impacto busca formar un nuevo universo.
Universo en el que poco a poco se
descubren planetas, estrellas,
se crean galaxias, se generan infinitos
y uno que otro agujero negro.
Permitamos que pase,
dejemos que con cada beso
aparezcan nuevas estrellas;
que con cada abrazo
se creen nuevas galaxia;
que con cada caricia
se generen miles de infinitos
y que con cada mirada se ilumine todo.