Hoy, recién hoy
acabo de conocer a las gentes;
aquellos que comían de mi mano,
que arropados en mi abrigo
carcomiendo mi hierro iban.
Recién en este día de agonías
se vuelca sobre mí su malicia,
su lodo que inunda mis pasos,
su filo taladrando mi cepa.
Después de tantos infiernos muertos,
recién hoy me dan su nada,
se tuercen de palabras,
desfiguran la justicia,
desairan mi verdad.
©El Yarawix