“(…) esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.”
Jaime Sabines.- Espero curarme de ti.-
En un instante súbito,
Casi inconcebible, impredecible,
Acepté sin protestar esa última palabra tuya
Grabada en el relieve de tu silencio.
Podrás pensar “qué tarde”, “qué tonto”,
“Qué poco me importa”
O no pensarlo, ni siquiera pensarme.
Y desde lo súbito yo también podré
Asumir que las demoras, idioteces
E importancias también dieron su salto en mí,
Ya sin buscarte, obsesionadas, como a una clarividencia.
Atravesé tu última palabra en fatigosa carrera-
Como un océano aguerrido o un espacio sideral-
Y llegué al otro lado, apedreado por los hombres,
Apadrinado por fantasmas,
Pero rutilantemente vivo,
Con toda la primavera estallándome en la garganta.
Fuiste mi aterciopelado manicomio,
El prometido refugio de mis fantasías
Y, a la vez, el enfermero que cierra la puerta
Para no volver a jugar.
Ya no duele bailotear borracho de fe
Entre las fosas comunes del día a día;
Sembrar maravillas también es posible
Fuera de la memoria.