Se fue contando las olas,
se fue sediento de besos,
se fue sin sombra, desnudo
y con una herida en el pecho.
Se fue contando las lunas,
se fue contando luceros,
siguió la huella de siempre
por donde callan los sueños.
Se fue contando las flores,
se fue mojado en lamentos,
cuando se quiere y se ama,
no hay camino ni tiempo.