¿Nunca me amará?
Musito el poeta, sus amigas las nubes se acercaron y llorando lo abrazaron;
pasaron sinuando las hojas, cabalgando sobre el río, rodeaban sus pies y los golpearon.
Se oía al tiempo que pasaba,
el polvo en el viento piloteaba, driblaron sus cabellos que saludaban y aterrizaron;
sólo los ojos se movían, pero no mirando, sólo se los frotó con el dorso y se mojaron.
¿Por qué la quiero a ella?
Si ya tengo a la flor.
¿Para que la necesito a ella?
Si ya poseo al amor.
Dime una verdad.
¡Yo te digo una mentira!
La mujer no es realidad.
¡Hasta que se olvida!