Ven desnúdate conmigo, nunca te olvides que apenas somos barro, entra en esta laguna, no se verán las astillas que llevamos clavadas en el alma, pues esta, solo habla através de la palabra.
Ven embadúrname todo mi cuerpo que yo haré lo mismo con tu aliento, mírame a los ojos, el vacío me arrasa, y a ti te quema el corazón, déjame enfriarlo con este frío barro.
La suavidad que he notado de tu piel, me ha despertado el hambre, de comerte todo tu cuerpo, quiero que seas mi Luna llena, y me profanes esta noche con todo tu deseo.
Déjame que esparza mi semilla incitante entre tus poros, desnuda pareces el paraíso perdido, quisiera en este instante ser tu vino preferido, cogérte de tu cabello despeinado, hacerte una coleta y guiarte por mis rincones prohibidos.
Nuestros cuerpos reflejan la gravedad inmediata, ven te voy a untar otra vez todo tu universo, cólmame con tu dulzura única, habítame, abrázame, quedémonos quietos, como si fuéramos vasijas de barro y el destino nuestro Alfarero.
Mael Lorens
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de Autor 15/08/2019