Pregunto lo que harías, al verme nuevamente,
quizás besar mis labios, con ansia sibarita,
igual que aquella tarde de la primera cita,
que hiciste estremecerme, con beso muy candente.
O puede ser me mires de forma diferente,
tratando de esconderme que tu alma aún palpita,
que siempre mi retrato, tu cuerpo aún excita,
igual que te excitaba, voraz y vehemente.
Más pienso que sería, mejor dejar vacío
recuerdo que persiste, de aquel amor de antaño,
que fue en nuestra existencia, la gota de rocío,
abrigando ilusiones igual que tibio paño;
y cada quien que tome las riendas del navío,
que debe distanciarnos, y no causarnos daño.
Autor: Aníbal Rodríguez.