Caminantes, no hay camino
sino estelas en el mar.
Y para que mirar atrás,
si por allí no volveremos a andar.
Verso a verso, se compone
un poema, con una quimera
al compás, de las cuerdas
de una vieja y bella guitarra,
la que suena con el alma.
Y desde el fondo de su madera
junto a tus huellas, mientras
ella suena, estas a la espera
de un barco, hacia nuevas mareas.
El viajero va cantando, a lo largo
y por otros senderos.
Oh guitarra mía, del mesón
de los caminos, tú no eres poeta.
Solo tienes cuerdas que suenan
en armonía, para las almas
solitarias, tristes y pasajeras.
Yo soy quien le da sentido
tu pobre vida. Cambiando
tu nostalgia por alegría.
Caminantes no hay camino,
sino camino al andar.
EVOLA.RL
07/09/2020