El pensionado
Qué bonito día, que hermoso amanecer del pensionado
Sin afanes, ni preocupaciones, de anécdotas y risas recordado
De su jubilación de amores y pasiones, de mujeres deseado
De su mesada, júbilo de quereres de aquellos sueños soñados
De fábricas y trabajos, del adiós del ayer marchado
De la buena vida en poltronas como todo un rey orgulloso sentado
De quehaceres y labranzas que una vez fue extrañado
De creencias y bendiciones, alegrías de sus cuidados
Sonrisas que afloran en su rostro, de vecinos y amigos saludado
Repartiendo enseñanzas y de experiencias con recelo murmurado
Bien vestido y elegante, por siempre de su querer enamorado
De abrazos y reuniones, de fiestas y alegrías exclamado
Todo un señor y caballero, de hebras de plata con venia respetado
La pandemia lo tiene acorralado, en aposentos amenazado
De viajes y sitios turísticos, con sus amores y pasiones deseado
De arduos trabajos del ayer, logró con sudores su anhelada pensión
Al lado de su mujer querida, que lo llena de amor y de satisfacción
Vive alegre y sonriente, alejado sin avatares, ni obligación
Agradecido de Dios y de Jesucristo, todos los días le pide su bendición
Espejo de valores y enseñanzas para la nueva generación
Los miedos y los afanes se esfumaron sin rezos, ni contemplación
Ahora se dedica a la buena vida, a la lectura y a la inspiración
A jugar cartas, a pasear, a los mandamientos y a la meditación
Al cine, a ver deportes y miles de distracción
Dicen que la jubilación es sinónimo del vino añejo en maduración
Amigo de las reuniones, de las tertulias, de agasajos de disparos sin munición
Amante de mujeres bellas y hermosas, encantadoras con su jubilación
Qué vida tan placentera y maravillosa con toda justificación
Que Dios lo siga protegiendo de salud y bendiciones de su iluminación
De la música alegre y parrandera, de bailarines de acordeón
Qué bonito atardecer y de la noche la luna, los sueños imaginarios de su celebración
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 30-2020