Dulce

Ya no juego

 

Con el sabor de lo perdido

abro mis letras

aunque ese amor nunca fue mío

en la vivencia eterna.

Lo amaré con o sin sentido

según amanezca

si hay sol, será luminoso

si hay luna, será reminiscencia.

Lo llevaré en mis pupilas

para conservar su presencia

de jengibre y miel

y saborearlo cuando anochezca.

¡Ya no juego! a este amor

con tanta demencia

he madurado la vida

nutricia de mis semillas

y hoy, solo esparzo poesía.