Te marchaste,
pero no moriste.
Con tu partida,
lo perdí todo.
Pero... ¿Qué perdí?
Te perdí a ti
como objeto de amor.
La melancolía me ha invadido,
ha hecho de mí
un ser profundamente dolido,
incapaz de amar,
estoy perdida.
Asi que me he entregado,
incondicionalmente a mi duelo,
por favor,
no lo perturbes.
Porque sólo transcurrido el tiempo
te habré superado,
me reconciliaré con mi yo,
y tú,
habrás sido parte de mi pasado.