Colores, colores...
Conozco su misterio.
Por eso estoy aquí.
Conoce...
El mirlo y su reclamo,
y el beso de la noche,
conozco sus secretos
y la luz de tu alma.
He venido a servirte.
Conoce, conoce...
El beso de tu alma,
el reclamo de tus ojos...
conoce su secreto.
Escucha, escucha:
no he venido a callarme.
He venido a callarte:
quizá así, escuches,
conozcas el secreto.
He venido a contarte
la verdad de tu alma
y la inocencia de tus ojos:
quizá, así, seas libre.
Calla, escucha
lo que tengo que contarte:
que yo sirvo a los colores,
que nada calla el reclamo
de las almas estelares.