Aarón Rojas

El orden de las cosas(cuento infantil )

 

En la casa siempre teníamos un tiradero.

las cosas siempre se nos perdían, cuando querías encontrar algo tardabas horas y horas hasta que lo encontrabas, y cuando lo encontrabas, resultaba estar en otro lado totalmente diferente a donde lo habías dejado en un principio, no respetábamos el orden de las cosas, como siempre se nos perdían los objetos, incluso llegamos a pensar que en la casa había duendes, y que por las noches mientras nosotros dormíamos nos movían las cosas.

En la casa vivíamos mi mamá, mi papá, mi hermano mayor y yo junto a mis 2 perros, era increíble pensar que con una familia tan chica siempre teníamos cosas perdidas, el problema es que en nuestra casa nunca tuvimos el principio de ordenar las cosas, dejabas algo en la mesa y a los 5 minutos desaparecía, no entendíamos que las cosas tienen que estar en su debido lugar, en la casa los objetos siempre se encontraban en otro lugar, por ejemplo si estabas buscando la pasta de dientes no se encontraba en el baño, a veces estaba en la cocina, y en el baño encontrabas un desarmador que debería de estar en la herramienta y en la herramienta encontrabas una cuchara que debería de ir en la cocina y así sucesivamente, por eso encontrar algo en nuestra casa era casi imposible,

Mi papá era de esas personas que le gustaba acumular muchas cosas, de tantas cosas que tenía no sabía dónde ponerlas y terminaban en lugares donde no deberían de ir, por ejemplo un día empezó a acumular gorras había tantas gorras en la casa que hasta cuándo abrías la alacena había gorras escondidas, nuestra casa era un verdadero caos, no sabíamos dónde debían de ir las cosas, además que nuestra casa era pequeña y teníamos demasiadas cosas, había demasiado de todo, demasiada ropa, demasiadas almohadas, demasiados platos, vasos, y todos sin darnos cuenta, nos habíamos vuelto acumuladores igual que mi papá,

Por ejemplo, mi hermano tenía demasiados tenis y siempre te los encontrabas en lugares tan extraños como abajo de la mesa o atrás del sillón,

Mi mamá tenía demasiadas vasijas y además de mucha ropa y zapatos, yo tenía muchos juguetes y siempre los dejaba tirados y a veces me enojaba y lloraba cuando un juguete se me perdía, un buen día a mi papá se le perdió un reloj, era un reloj muy importante, se lo había dado su papá y no lo encontraba, buscamos en toda la casa en los cajones cerca de su dormitorio y nunca lo encontramos.

Pasaron los días y fuimos a visitar a mi abuela, ella siempre nos contaba cuentos a mí y a mi hermano, le contamos a mi abuelita que mi papá había perdido el reloj del abuelo, le contamos que lo buscamos por toda la casa y nunca Lo encontramos, entonces mi abuelita comenzó a contarnos una historia, que se llamaba \" el orden de las cosas\", nos contó que  todas las cosas tienen su lugar en la casa, y que cuando estas no están en el lugar donde deben de ir ellas se mueven por las noches buscando su lugar, y que muchas veces estás se quedan perdidas por qué no saben cómo regresar a su lugar, por eso debemos de encontrarle un lugar a las cosas, cuando las cosas tienen un lugar echo para ellas, se sienten como en su casa, si las cosas no tienen su lugar se la pasan vagando por toda la casa buscando su hogar, por eso deben de buscar un lugar para cada cosa, lo más probable es que el reloj que tanto busca tu papá está vagando por toda la casa buscando su lugar, tienen que acomodar las cosas en su debido lugar y así lo encontraran.

Ese día volvimos a la casa y le conté a mi papá la historia que nos contó la abuela a mi hermano y a mí, el solo se quedó callado y dijo creo que tienes razón, tenemos que acomodar todas las cosas en esta casa, así que todos nos pusimos en marcha para acomodar nuestro hogar, acomodar todas las cosas fue una tarea que nos llevó varios días, nos dimos cuenta que con el tiempo fueron apareciendo objetos que se nos habían perdido y que con el tiempo se nos  habían  olvidado, yo encontré varios de mis juguetes, mi hermano encontró varios de sus tenis, mi mamá encontró mucha de su ropa favorita, y mi papa al fin encontró el reloj que le había dado el abuelo, estaba abajo de un sillón nadie sabe cómo fue a dar hasta ahí.

Cuando al fin terminamos de acomodar toda la casa, nos dimos cuenta que teníamos demasiadas cosas, así que las cosas que ya teníamos de más decidimos regalarlas, yo regalé algunos de mis juguetes, mi hermano algunos de sus tenis, mi mamá ropa que ya no usaba y mi papá regaló varias de sus gorras y herramientas.

Una vez terminada nuestra tarea de acomodar las cosas nos dimos cuenta que nuestra casa era muy grande, y siempre nos había parecido muy pequeña por qué estaba llena de cosas, tuvimos que deshacernos de muchas cosas y ahora hasta parece más grande y se ve más limpia, por eso siempre es muy importante respetar el orden de las cosas.

 

Fin.