Siguiendo “a rajatabla” un protocolo
inhóspito respondo a tus maneras
con tundras, en mi pose, muy severas
iguales a los témpanos de un polo.
Por contra, si te miro, me enarbolo
quemándose mi escarcha en tus afueras
y acaban derretidas como ceras
mis ganas de pasar los años solo.
Deshielas mi iceberg con tus miradas
al tiempo que evaporas los glaciares
que implanto de frontera en nuestra vida.
En trópicos terminan mis nevadas
y cálidos reviertes los lugares
que cubren a mi estepa desabrida.