teresa ternavasio

AGUARDA DULCE ANA

Aguarda dulce Ana

 

Sentada en el filo de la menguante luna,

Regando los  extremos truncos de aquellos caminos,

con la miel amarga que lloran  tus ojos,

donde el corazón herido,  

aguarda,

impaciente,

el regreso del amor ausente.

 

Abriste los brazos para desplegar tus escamosas alas,

mientras la desesperación te gritaba:

Aguarda dulce Ana,

sujeta tu locura.

 

Volaste sorprendida

pensando solo en él.

Envuelta en capas atmosféricas,

con dolor gemiste,

una,

otra,

y otra vez.