El aura ululaba entre la brisa de tus pétalos
cuando de oro y grana se sonrojaba la tarde,
el carmesí de tus suspiros
de frío fuego encendía los labios del aire.
Las sutiles lágrimas del viento
se fundían con el aroma de los rosales
en un frenesí de arrobamiento y delirio
de apasionados amantes.
El rumor de tus aterciopelados suspiros
se perdió entre rojos corales
que encendían el helado fuego de tus labios
como lluvia de amapolas en verdes trigales.
La esperanza de besar el color de tus pétalos,
como lo besara el oro y grana de la tarde,
murió en las sombras de mis sueños
como humo que expira en el aire.
Aromas de nostalgia