A veces me encuentro preguntando al aire,
a la mesa, a los libros y a mi misma:
¿Por qué me esfuerzo tanto?
y lo que se me viene a la mente es,
que es lo único para lo que soy buena;
estudiar,
resumir,
escribir textos largos sobre cosas que no me importan.
Y otras veces,
cuando hago esa pregunta,
no sé que responder.
Porque muy en el fondo,
sigo pensando que no soy lo suficientemente buena.