Miro el cielo estrellado
mientras espero tu llamada,
esa que me diga que vendrás,
que me quieres y no me olvidas
Recuerdo allá en el tiempo
cuando nos encontramos frente a frente
y comprendimos sin palabras
que tu sino era el mío.
Una rara coincidencia,
feliz y oportuna coincidencia
que nos unió sin preguntar,
sí éramos libres o no,
mi esposa y tu marido no contaban
en la unión de nuestros corazones,
Más allá, de sentirnos en pecado
el vivir con ellos fue tiempo perdido
que la vida nos robó, desaprensiva.
hoy recuperamos con amor,
como dos adolescentes, nuestras vidas.
Tu alma y la mía están unidas por lazos
que nadie nunca, podrá cortar
porque nuestros sentimientos
no saben de navajas ni tijeras-
Llámame, amor mío,
tu demora me desespera
sé que me amas y te sabes amada
eso nos alcanza para ser felices
De aquí, hasta la eternidad.