Él le escribe a todas las mujeres de su pasado,
y les honra la memoria
les consiente los desagravios,
los romantiza y los ama.
Les escribe sin palabras,
no les habla,
no les dirige nada,
pero las recuerda, leyendo cartas pasadas.
Todas esas mujeres,
centenares de mujeres andan,
erguidas, decididas, bellas,
detrás de sus andanzas.
Todas se han ido,
pero todas están
y por eso yo no le escribiré cartas jamás.