Un dios invertido responderá
a mis tambores de piel y hueso
danzando al ritmo de esta oración
blasfema. Nado en las carbónicas
horas lejos de la decadencia a gotas
a gatos con su mala suerte cruzando
Sueños de ataúdes me afligen
Con la espesa tinta de las yemas
ennegreceré mi ala rota por el
vendaval
¿Dónde el reloj que dispone
las runas?
¿Dónde mi amante pálida
de muerte?