Puñal de plata rozó mi mejilla.
En su hoja brillante
una palabra estaba escrita:
INDIFERENCIA.
Profundo dolor causó tu esquiva mirada.
Los ojos verdes en agua cuajados,
se abrieron más.
Cuando diste vuelta la cara
me fui arrastrando la pena, ciega,
sin saber dónde, enajenada.
Huérfana de risas.
En mi interior impotencia, rabia,rencor.
Perdí la huella sumergida en la furia.
Camino que se trocó brumoso, negro,
por capricho del destino.
¡Desatinado momento!
Volátil fue el sueño...
La risa de prisa se marchito.
Te mordiste los labios
mientras en mi, la furia asomaba.
No entendiste mis palabras.
Las tuyas a mi no llegaban.
Sordos oídos.
Fue una lucha de poder
donde la sangre se enardeció.
Tristeza queda cuando se quema un querer
sin entender el porqué.
Marta Victoria Castro
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