Volver a caminar por solitarias playas Imaginar nombres fantásticos en la arena Esperar sentado a la luna llena Dibujar ciudades hermosas sin murallas Volver a entrar en la apartada ermita Escuchar los cascos de los caballos de la romería Sentir todas las risas abiertas de la alegría Beber el agua de la fuente que es bendita Volver a la fiesta flamenca de madrugada Sentir el antiguo y profundo llanto de la guitarra Saborear las primeras y dulces uvas de la parra Volver a mi casa tarareando la antigua balada Volver a sentir la magia del primer beso Escuchar la primera y juvenil sinfonía Sentir el aire y el aroma de la Serranía Estar ensimismado por aquel embeleso