Esteban Mario Couceyro

Alicia y la carta de amor

 

Llegaba el medio día

cuando Alicia

abrió la carta de amor

la última que le escribiera

él desde tan lejos

tanto que el mundo daba vueltas

separando sus tiempos

mientras unía las almas

los deseos

esas sensaciones

que caminaban

por las piernas

subiendo al vientre

el pecho

por el cuello

a la boca en un beso

perdido

en ese cielo

azul pálido de otoño.

 

Alicia, leía

cómo su amado

le escribía

con palabras cargadas

del deseo más audaz

como la abrazaría

y llenaría

su cielo de estrellas.

 

Alicia, terminó

la lectura

intentando oler

en ese papel

al hombre lejano.

 

Dobló varias veces

la carta

y la escondió

entre sus pechos

mirando por la ventana

las aves en libertad

volar por el espacio

mientras las nubes

cerraban la inmensidad

que la separaba de él.