Mi dragón es muy especial, es un fiel acompañante de aventuras y de grandes desafíos, él me cuida y me protege en los días más hostiles, me alegra cuando estoy decaída y me levanta con sus alas poderosas al pasar, además me eleva por grandes superficies de la imaginación y su capacidad de inteligencia, de comprensión supera los límites del cariño sincero y de una gran amistad, él busca siempre llevarme a lugares mágicos e inexplorados, él se convirtió en parte de mi.
Cómo buen dragón, siempre va a cuidar de la princesa que lo inspira a volar más alto cada día. Una princesa con cualidades fascinantes que todo lo que escribe lo convierte en magia, una magia poderosa y majestuosa qué deja encantado al dragón cada vez que se introduce en esos escritos tan radiantes y fantásticos, escritos que son producto de la extraordinaria imaginación e ingenio de la princesa más radiante del reino.
Es así como los dos construyen y tejen una bonita relación fraterna, él cobija entre sus alas en el frío y da un suspiro en el calor del Reino que no deja sofocar a la princesa, él se convierte en su guardián, en ese ser inmaculado de grandes sorpresas, que hace de esa niña una mejor princesa, la motiva y la cautiva a continuar, ese dragón le enseña día a día que los sueños se pueden cumplir, con astucia, disciplina y amor hacía todo lo que se proponga, es allí donde surge la magia de su encanto.
Cuan bello es es el resplandor de la transparente escencia del alma pura e inmortal de la princesa que con los destellos que evoca su hermosa sonrisa y su profunda mirada, colman de gran regocijo y alegría al reptil volador que con gran emocion despliega sus alas para volar en búsqueda de esa bella dama y asi deleitarse con los hermosos versos y estrofas provenientes de la mente brillante de aquella princesa que con su luminosa presencia cautiva el alma del dragón.