Avispas alfareras en mi mesa. Cuento, relato, observación.
Tenía una avispa muy avispada en mi casa que, todos días acudía a la mesa buscando algún minúsculo trocito de restos que encontraba sobre la superficie, y durante varios minutos, se dedicaba a cortar con sus tenazas en trocitos pequeños que ella considerara fáciles de transportar En ocasiones los intentaba elevar, pero al levantar el vuelo descendía de nuevo y volvía a calibrar su peso a base de cortar un minúsculo trozo.
A veces, llegó a ser molesta pero nunca nos mordió a ninguno, incluso decidí a incorporarla a la familia; si hubiese podido la habría anillado para tener la seguridad de que siempre era la misma; decidí espantarla solo, pero ella insistía hasta posarse sobre lo que consideraba su botín y cuando lo tenía preparado y lo creía factible emprendía su vuelo con la carga entre sus patas y en dirección a su bolsa, panal o habitáculo, repitiendo esta faena hasta que terminaba de transportar la última partícula de su manjar, repitiendo en la misma dirección los viajes de ida y vuelta.
La observación empezaba en el desayuno, se repetía en la comida y a veces con el crepúsculo. Generalmente tardaba unos dos minutos en descargar su mercancía y volver de nuevo.
Tantas veces y tantos días repitió la faena, como tantos días por motivos del COVID 19 y su confinamiento, me permitió esta minuciosa observación que me servía de entretenimiento.
Un buen día, hizo su trasporte habitual, y ya no volvió por motivos que me imagino ¿qué le habrá pasado? ¿habría tenido algún percance?
Mi deducción fue que, en el trayecto de ida o vuelta, pudo tener algún accidente mortal; Quizás se encontró con alguna golondrina u otro depredador volátil, y se la engulló.
Al cabo de unos días, aparecieron unas seis u ocho avispas a la vez, y con las mismas intenciones. ¿Podría ser que fuese ella con sus crías? ¿podrían ser solo sus crías?
En fin, lo dejo en el aire para que algún curioso opine sobre este relato tan simple.
En SAB a 10/09/20. AASS (Carretillero)